Gastronomía

Platos típicos.-

Nuestra gastronomía está ligada a los productos agrícolas y ganaderos de la zona, que nos permite abarcar una amplia gama desde la cumbre hasta la costa, haciendo que nuestra cocina sea variada, rica por su calidad y bastante receptiva con los usos y costumbres que trajeron los colonos y los emigrantes que a lo largo de los siglos se establecieron o regresaron. Postres, licores, frutas, frutos secos, carnes y pescados encontraron un buen hacer para el paladar de campesinos y nobles. Con cereales tostados y molidos, a modo de harina, se hace el gofio, no suele faltar en la leche de los niños palmeros. Agua y sal se necesitan para hacer, a fuego normal y con piel (así las comen los canarios), las papas arrugadas, que acompañan a la carne a la brasa y al pescado frito. El pescado se suele comer como plato único, fritas las cabrillas, pargos, palometas, alfonsiños, samas y salemas, guisados el mero y la vieja, y a la plancha la mayoría de los túnidos (bonito y albacora). Como aperitivos del mar se sirven lapas, camarones, gueldes y morenas. En salazón de pescado -pescado salado- se utiliza por lo general el cherne, acompañado de papas o boniatos (batata). Es conocida La Palma por sus mojos, salsa picona de pimienta roja seca o verde. Los quesos se elaboran exclusivamente con leche de cabra: su sabor es agradable, suave y mantecoso.

Vinos.-

En la mesa tampoco pueden faltar los vinos de la tierra. Tintos, rosados y blancos de óptima calidad, destacando por su singularidad el vino de malvasía, haciendo que nuestros vinos sean famosos por su aroma y suavidad. Además del malvasía, otras variedades de uva son: negramoll, sabro, listán, bujariego, moscatel, almuñeco, albillo, verdello y gual, amén de otras de menor producción.
Otra peculiaridad es el vino de tea, tinto y rosado, que ha sido trasegado por pipas o toneles de madera ateada del pino canario.
En la sobremesa no podemos olvidar los licores de frutas o hierbas para hacer una buena digestión, y la charla amena degustando un buen tabaco puro.

Postres.-

Las conservas, mermeladas y mieles de la zona, en las que podemos advertir los más delicados aromas de nuestros campos, están siempre presentes en la repostería tradicional local.

La más conocida golosina palmera es la rapadura. (Miel de caña, gofio, azúcar, almendra, canela y limón); de ésta surgen otras variedades (de leche, chocolate, coco...). Dulces de fácil localización en el comercio, restaurantes o mercadillos son, entre otros, los almendrados, tortitas de pasta de almendra con azúcar y huevo, cocidas al horno; el bienmesabe, que lleva huevos, en la mayoría de los casos bizcocho, almendras tostadas molidas, azúcar y ralladura de limón; los marquesotes, bizcochos de harina de trigo, huevos y azúcar, cortados en forma de rombos, ensopados unos con un almíbar melado y cubiertos otros con claras a punto de nieve; y el queso de almendra, con huevos, ralladuras de limón y canela, además de las almendras. La mayoría de los restaurantes incorporan en sus cartas postres de elaboración propia, no faltando a las ofertas clásicas el bienmesabe, tarta de limón así como flanes o quesillos.

Frutas, subtropicales o no, encabezadas por el plátano, constituyen una de las ofertas gastronómicas más atractivas de Isla Bonita: aguacates, mangos, kiwis, papayas, guayabas, tunos, peras, higos y naranjas. De una variada y rica flora, endémica o foránea, de la isla, se producen muchas clases de miel, de distintos sabores y aromas.